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domingo, 28 de julio de 2013

Formas de Preparación



Infusión (tisana, té apagado):
Se pone en un recipiente la cantidad  indicada de la porción disponible de la planta: hojas y flores (semillas, raíz y corteza, si se han dispuesto para infusión); luego se añade una taza de agua hirviendo se tapa durante cinco minutos. Si va a tomar fría la infusión puede disponer varias tazas de una vez, siempre y cuando las acabe en un mismo día en un tiempo no mayor a doce horas. No recaliente la infusión; trate de beberla después de las comidas.

Cocimiento (decocción, té hervido):
Ponga en un recipiente la cantidad enseñada de la pieza utilizable (hojas, semillas, raíz, corteza), añada la cantidad enseñada de agua y hiérvala por cinco minutos. Tape el recipiente en asuntos de hierbas aromáticas para no inutilizar los beneficiosos aceites esenciales que se disipan con el vapor, como sucede con la menta, el poleo, la manzanilla, la ruda, etc. Y recuerde no recaliente los cocimientos.

Maceración:
Ponga la cantidad señalada de la porción o porciones de la planta a ser utilizadas partidas en trocitos, añada la cantidad señalada de agua fría. Deje reposar de cuatro a seis horas (o la cantidad  señalada en la sección de las plantas), sin hervir, y luego tómela con base a la dosificación.

Inhalación:
Consiste en añadir al agua hirviendo una cantidad señalada de la porción o las porciones utilizables de la planta, en la misma cantidad en que se dispone un cocimiento, aspirando por la nariz o por la boca las emanaciones en forma de vapor.

Compresas o fomentos calientes:
La cantidad  señalada de la planta se pone a hervir en una taza de agua. Se humedece un segmento de algodón, lino o gaza con el líquido colado, y después de extraer lo que sobra del liquido, se pone sobre la zona afectada, estando aún caliente; luego se envuelve con un segmento de tela de lana. De esta manera los principios activos de las piezas utilizables de la planta pueden  funcionar sobre la piel, ayudados por la acción terapéutica del calor, que facilita su penetración al torrente sanguíneo a través de la piel.

Compresas frías:
Las compresas frías se emplean sobre la zona afectada, utilizando telas suaves y absorbentes como la de algodón; también son funcionales la toallas.
Son muy ventajosos en traumas abiertos o cerrados. La tela debe estar totalmente limpia y esterilizada con calor, luego se echa el líquido procedente de una infusión o cocimiento que anticipadamente se ha dispuesto y enfriado. La compresa se deja sobre la zona afectada hasta que se caliente por la temperatura del cuerpo, entre quince y veinte minutos. Reviva las aplicaciones con nuevas compresas frías, y continúe hasta alcanzar el alivio esperado.